Nuevo triunfo de las rutas de Senderismo de la Diputación, a su paso por Pozo Lorente y San Pedro

Albacete, 1 de diciembre.- Este sábado, día 29, y el domingo, 30 de noviembre, tuvieron lugar dos nuevas pruebas de la XII Edición de las Rutas de Senderismo 2025, que organiza la Diputación Provincial de Albacete. En esta ocasión, se desplazaron hasta La Manchuela, en Pozo Lorente; y la Sierra del Alcaraz, en San Pedro.

Así, el sábado, los senderistas visitaron Pozo Lorente, en una prueba denominada “Ruta de las Casillas”. Una ruta circular, de 13 kilómetros de distancia, de una dificultad baja, con una duración aproximada de cuatro horas. Tras el café en el municipio se desplazarían en autobús hasta el área Recreativa de La Ermita de San Isidro, a unos tres kilómetros, con un refugio muy bien acondicionado y la Ermita de San Isidro, una construcción sencilla, moderna y arqueada, donde se lleva cada 15 de mayo la imagen del santo en romería.

Allí les recibiría Manuel Carrión Morcillo, concejal de Medio Ambiente, Jardines, Parques, Deporte, Piscina, Juventud y Cementerio, además de agente forestal, quien les acompañaría y guiaría durante toda la ruta.

Con sol, sin viento, aunque con un poco de fresco, comenzarían descendiendo para coger un camino del Vallejo, pasando en primer lugar por el “cuco de Antón”, una bonita construcción tradicional, bien conservada y pegada al camino.

Pasarían por la primera de las casas, de La Chero, una pequeña construcción en mitad de un paraje muy evocador en pleno monte, un entorno donde se pueden observar rastros de la fauna local (ciervos, corzos, muflones, jabalíes, zorros, tejones o ginetas).

Continuaron, por senda, adentrándose en plena naturaleza, principalmente de pinos, en un entorno muy bonito con antiguos olivos y un vallejo verde y abierto para llegar a otra de las casillas, rodeados de monte bajo, la casa del Majo, donde por cortesía del ayuntamiento, tomarían un contundente almuerzo campestre.

Por senda descenderían un tramo hasta llegar al vallejo de la seca hacia la “losa de Pedro”, para llegar a otra de las casillas emblemáticas del pueblo, la casilla de la seca. Y junto a ella el árbol singular más antiguo de la localidad el pino de la Seca, con más de 150 años.

Comenzaría aquí un ascenso por senda hacia el cerro más elevado del municipio, el cerro Calderón, apreciando un entorno único y especialmente valioso como son los enebrales y sabinares mediterráneos, teniendo en este tramo unas formaciones extensas y muy bien conservadas.

Pasarían por el vallejo de las tapias para pasar por el corral del tío Blas, un antiguo corral de ganado y a un pozo de agua o aljibe, llamado el Reventón, de gran utilidad para el abastecimiento humano y animal de los labradores y ganaderos del lugar. También por el vallejo del Reventón subieron hasta la casilla de Graciano, por un camino en muy buen estado, recientemente acondicionado, y cerca de la casilla de los cazadores, enclavada en la cuerda del Pocico, que sirve tanto de refugio como de lugar de encuentro de los paisanos en los días de caza, en esta ocasión a pleno rendimiento.

Ya sólo les restaba, de regreso, y rodeados de un paisaje de viñedos y almendros, descender entonces hasta el Aljibe del médico, un antiguo pozo de agua y empezar la pequeña subida, que les conduciría de nuevo a la ermita, para finalizar el trayecto.

Ya el domingo, otros 50 participantes distintos visitarían San Pedro, que recorrerían la prueba denominada “Cañada Juncosa-Oriñuela”. Una ruta circular, de 15 kilómetros de distancia, de una dificultad media, con una duración aproximada de cinco horas, y con salida a las nueve de la mañana desde la pedanía de Cañada juncosa. 

Al contrario que el día anterior, el cielo esta vez estaba cubierto y amenazando lluvia, como así fue a medio trayecto.

Así, tras tomar café en San Pedro, en el autobús, se desplazarían a pocos kilómetros, hasta la pedanía de Cañada Juncosa, allí les esperaba, Dani Sancha, alcalde de San Pedro y diputado provincial de deportes, quien daría la bienvenida.

Abandonarían la pedanía, pasadas las 9.00 horas, entre campos de cultivo, con olivos, almendras, principalmente, aunque al poco tiempo entraron en un denso bosque mediterráneo, con pinos y encinas. Se adentrarían en Oriñuela, que es la zona más boscosa y quebrada del término municipal de San Pedro, situada entre los llanos de Albacete y las primeras estribaciones de la Sierra de Alcaraz. Se trata de una finca de gestión pública que recibe su nombre de una aldea abandonada, a la izquierda del camino que va desde Cañada Juncosa al Sahúco, por donde tradicionalmente andan de noche los devotos que desde San Pedro acuden a la romería del Cristo.

Irían cogiendo altura, de una manera suave, aunque progresiva, por los parajes de Fuente Lipe, hacia El Roblecillo, una antigua casa forestal, que se ubica en las faldas del Cabeza de Mahoma, lugar que aprovecharon para tomar un rico picnic, cortesía del Ayuntamiento de San Pedro.

Continuarían por la pista un poco más, para tomar muy pronto una senda a la izquierda y, empezando ya a chispear, antes de adentrase por un barranco y luego una senda. Poco a poco y no sin esfuerzo, siguieron para ascender hasta Cabeza de Mahoma, con sus 1.284 metros sobre el nivel de mar, corona como la cúspide del término. Aunque la niebla y la llovizna, impidieron disfrutar de las vistas de las llanuras de La Mancha, los montes del Campo de Montiel y, las sierras lejanas de Alcaraz y la Almenara, aunque si contemplaron El Sahuco, muy cerca de allí.

Ya de regreso, descendieron por la ladera de la Morrica de Oriñuela, una zona de pinares espesos, donde la lluvia empezó a apretar, así que aceleraron el paso, para llegar de nuevo hasta la pedanía de Cañada Juncosa y finalizar aquí la ruta.

De nuevo dos exitosas y preciosas rutas, de gran atractivo natural y paisajístico. Una iniciativa que cada vez tiene más seguidores. Y que tanto éxito ha tenido en anteriores ediciones, organizado por la Diputación Provincial de Albacete.

Las rutas descansarán este próximo fin de semana siguiente y volverán, con nueva doble cita, los días 13 y 14, en Jorquera y Liétor respectivamente.