Rubén Cruz y la salvación de 2015: el penalti que cambió la historia del Alba
Escrito por Radio Marca AB el 23 de abril de 2025
Esta es una historia reciente que marcó el presente y el futuro del equipo de la ciudad, pero que, sin embargo, no todo el mundo conoce. El 1 de marzo de 2015, sucedió un evento que cambiaría la historia del Albacete Balompié. En el estadio Carlos Belmonte se vivían momentos muy tensos, marcados por la difícil situación económica por la que pasaba el club y su posición en la zona de descenso. El equipo se enfrentaba a la Ponferradina en un partido de vital importancia para sus aspiraciones de permanencia en la Segunda División de la Liga. El árbitro era Figueroa Vázquez, que en los años siguientes pocas alegrías más daría al Alba, pero ese día el colegiado señaló penalti en el minuto 89. Rubén Cruz tomó la responsabilidad, con la presión de un estadio que contenía la respiración.
El contexto: presión, penaltis y apuestas deportivas
Aquel lanzamiento no solo definiría un resultado: simbolizaría el comienzo de una remontada anímica y deportiva. En aquel entonces, el creciente interés por las apuestas deportivas también comenzaba a colarse en las charlas futboleras, donde se hablaba con naturalidad de estadísticas, probabilidades y cuotas, no solo en los bares, sino también en los propios análisis previos a los encuentros.
Aquella temporada, Rubén Cruz se había consolidado como el mejor ejecutor desde los once metros, llevando ya marcados cinco penaltis. Esa misma semana, el cuerpo técnico había revisado tendencias de los porteros rivales. Sabían que el portero del Ponferradina, que por aquel entonces era Kepa Arrizabalaga, solía lanzarse a la izquierda en situaciones de presión.
El penalti que encendió la mecha
Rubén Cruz no dudó. Ajustó el cuerpo, esperó el movimiento de Kepa y disparó raso, al lado opuesto. Gol. Victoria por 2-1. Y, sobre todo, impulso. Aquel triunfo marcó el inicio de una racha positiva que llevó al Alba a salir de los puestos de descenso. El equipo, que había estado hundido en la clasificación, comenzó a creer. Los entrenamientos ganaron intensidad, la afición se volcó, y el Belmonte recobró la voz, empezaba el Alba del tiki-taka.
Lo interesante de ese momento es que no fue un golpe de suerte, sino el resultado de una combinación de factores: preparación minuciosa, lectura de datos, confianza del jugador y un entorno que comenzaba a valorar el análisis por encima de la intuición pura. Un entorno en el que los datos, incluso los que alimentaban las apuestas deportivas, se convertían en argumentos para el debate y la decisión.El penalti de Rubén Cruz quedó grabado no solo por su ejecución impecable, sino por todo lo que simbolizó. No fue el último paso de un camino, sino el primero de una remontada, y tiempo después Rubén Cruz siguió siendo un jugador cinco estrellas. Y en ese tipo de historias, se demuestra que el deporte también sabe escribir grandes relatos con la tinta de la estadística y el corazón del esfuerzo, pues en el fútbol, como en la vida, a veces todo empieza cuando alguien decide que vale la pena creer.
