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Una enorme faena de Emilio de Justo, en hombros con Fernando Adrián en su debut en una gran tarde en Albacete

Escrito por el 13 de septiembre de 2024

<strong>Una enorme faena de Emilio de Justo, en hombros con Fernando Adrián en su debut en una gran tarde en Albacete</strong>

Emilio de Justo y Fernando Adrián abrieron la Puerta Grande tras una gran tarde en Albacete. El diestro extremeño cuajó una de las faenas de la temporada a un extraordinario toro de La Quinta, para que el público pidió la vuelta al ruedo. El extremeño lo bordó en el toreo a la verónica y en un posterior quite por chicuelinas que provocó que la música tocase. Emilio de Justo comenzó por bajo una faena llena de compás, cadencia y encaje. Tras la estocada, paseó las dos orejas. Otra pudo cortar del segundo, un toro de humillación, pero de corto recorrido, frente al que el extremeño lo llevó muy templado y muy cosido.

Fernando Adrián cortó una oreja del tercero, un toro de La Quinta noble, aunque justo de poder, con el que el madrileño dejó una faena que llegó mucho a los tendidos. En un palmo de terreno, Fernando Adrián ligó los muletazos muy encajados, antes de un final de faena con cambiados por la espalda aprovechando la querencia de los terrenos de los adentros que levantaron al público. Los tendidos pidieron con fuerza las dos orejas, pero el presidente sólo concedió una. Otra cortó del sexto, un toro con el que expuso y comenzó muy decidido.

Miguel Ángel Perera pudo cortar una oreja del primero, pues el toro de La Quinta tuvo un gran pitón izquierdo y fue el noble por el derecho. Miguel Ángel Perera dejó una faena de poso y mucho poder, con una gran serie al natural. El cuarto fue el astado más deslucido y no tuvo opciones.

Plaza de toros de Albacete. Sexta de feria. Tres cuartos de entrada. Toros de La Quinta, bien presentados, de buenas hechuras y de interesante juego. Destacó el gran quinto, para el que el público pidió la vuelta al ruedo.

Miguel Ángel Perera: ovación y silencio.

Emilio de Justo: ovación y dos orejas.

Fernando Adrián: oreja y oreja.


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