‘Candelaria’ deja a cinco palomos en cabeza en la cuarta prueba del regional de colombicultura

Con puntualidad británica, la paloma ‘Candelaria’, una magaña propiedad de Bonaire y Juan Antonio, salió a vuelo en la cuarta prueba del campeonato regional de Colombicultura de Castilla-La Mancha. Cuando sonaban las campanas que marcaban las 19.00 horas en Ontur, se dio por válida a ‘Candelaria’ y se puso en marcha la recta final de la edición correspondiente al año 2020.

‘Candelaria’ se desplazó con todos los palomos hasta el cementerio y allí se paró, a las 19:01:30 horas. En ese momento tuvo lugar un rebote y la paloma salió acompañada por la mitad de los ejemplares participantes. Sin llegar a controlar la parada, la paloma de Bonaire y Juan Antonio salió y se desplazó a un seto de ciprés.

Cuando se llegó a la paloma, el reloj marcaba las 19.08 horas, estando en ese momento cortados los palomos ‘Coyote’, ‘Mus de Naranja’, ‘Listo’ y ‘La Perla’. En ese primer recuento de machos, se cantaron en torno a la mitad de ejemplares en paloma, echando en falta a los palomos que hasta ese momento iban en lo más alto de la clasificación, ‘Chico Listo’ y ‘Canario’.

La paloma se desplazó después de un momento en que no podía liberarse junto a una alambrada metálica. Salió y se paró en un corto periodo de tiempo en otro ciprés, yéndose al suelo. Allí se mantuvo durante cerca de 25 minutos, hasta las 19:50:30 horas. Posteriormente se posaría sobre los cipreses de la piscina, cuando marcaban las 19.52 horas.

A las 19:54:50 horas se produjo un rebote en un ciprés de vela, momento en que ‘Candelaria’ se quedó sola, cerrando la prueba a los 30 minutos que establece el reglamento de puntuación en situaciones como esta.

Así, ya son solo cinco los palomos que permanecen empatados en primera posición: ‘Don Galián’ y ‘Metódico’, de la Peña Julio y Saturno; ‘Tequila’, de Juan Carlos Gómez; ‘Maniquí’, de Rafael Negrillo; y ‘La Pua’, de José Díaz. Cuando quedan solo dos pruebas para conocer al campeón regional, la clasificación se va estirando paulatinamente, pero la emoción está asegurada.