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«Mi verano del 2020» ha entregado sus premios

Escrito por el 17 de julio de 2020

El certamen de relatos impulsado por la Diputación Provincial entrega los galardones de una convocatoria marcada por la calidad de los trabajos

En la mañana de hoy se ha hecho efectiva la entrega de galardones a los niños y a las niñas participantes en el certamen de relatos ‘Mi verano del 2020’; iniciativa impulsada por la Diputación Provincial de Albacete desde el área de Juventud y Deportes para fomentar la creatividad de este grupo poblacional, y que ha servido para recoger las emociones, sentimientos y miedos a los que estos se enfrentan en una época estival marcada por la incidencia de la Covid-19.

El certamen, al que han concurrido jóvenes del conjunto de la provincia, ha contado con un alto número de textos firmados por chicas, habiendo sido la participación femenina en mismo del 88%, frente al 12% de chicos concurrentes. Así lo ha destacado el presidente del jurado y diputado provincial de Deportes y Juventud, Daniel Sancha, que ha sido el encargado de realizar la entrega de galardones en un sobrio acto celebrado en el Salón de Plenos de la Diputación Provincial de Albacete en el que los galardonados y las galardonadas han estado acompañados por sus familiares más cercanos.

"Mi verano del 2020" ha entregado sus premios
Los premiado posan en el edificio de la Diputación de Albacete

Tras varias reuniones de deliberación, el tribunal que valoró criterios como originalidad, adecuación a la temática propuesta, referencias locales y calidad narrativa falló de la siguiente manera:

En categoría infantil el primer premio, dotado con una tablet, para ‘¿Y este verano qué?’; trabajo firmado por José Miguel Picazo García donde el autor recoge sus propias vivencias en el pueblo. En el mismo se ponen en valor las pequeñas cosas en comparación con otras socialmente más aceptadas. Cabe destacar que el jurado recoge en su fallo que la situación que vivimos este 2020 “ha venido a darle la razón”.

Segundo premio para ‘La magia del verano’. El texto de Irene Crespo Bertolín ha sido premiado con una tarjeta de compra valorada en 100€ para utilizar en los comercios de Albacete. En el relato la joven se traslada a un hermoso paisaje gallego donde la naturaleza cobra protagonismo. En este bucólico espacio, Crespo Bertolín imagina cómo sería su confinamiento haciendo ‘magia mental’ para sobrellevar el encierro.

Tercer premio (dotado con un lote de material de pintura y dibujo valorado en 75€) para ‘Un verano histórico’. Se trata de un relato íntimo escrito por Sara García García en el que la joven describe la propia experiencia de la enfermedad en la familia, y apela a la importancia de la responsabilidad de todos y de todas para hacer frente a la pandemia.

En categoría juvenil el primer premio ha sido para ‘Calidez entre mascarillas’. Dotado con un smpartphone, el texto de la autora Marina Alfaro González pone el foco en la importancia de la proximidad y de las relaciones de cercanía frente al mundo virtual.

Segundo premio para ‘Dos veranos, dos perspectivas’. Escrito por Paula García García y dotado con una tarjeta de compra valorada en 150€ para utilizar en los comercios de Albacete, en el relato se abordan las dos opciones que existen para afrontar aquellas situaciones que nos resultan más difíciles o no nos gustan. Así el texto contrapone el punto de vista positivo frente a otros más negativos y lo hace escribiendo un alegato sobre el aprendizaje que pueden dejarnos las mismas.

Tercer premio ( dotado con un lote de material de pintura y dibujo valorado en 100€) para el trabajo titulado ‘Un verano atípico’. Firmado por Raquel Medina Gómez, el texto anhela el disfrute del agua en las piscinas, más aún cuando la escritora es una deportista de natación sincronizada.

El jurado ha entregado también un accésit en esta categoría, reconociendo así la calidad de ‘Un verano distinto’, obra presentada por Gina Molina Martínez que ha sido galardonada con un lote de libros valorado en 75 €. Su redacción habla de lo necesario que es aprender de los abuelos y conservar la memoria de las cosas que identifican la vida rural, poniendo así el foco en el valor y en la importancia de la convivencia intergeneracional.


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